Una
herencia del patrimonio cultural.
Antes
de hablar de tal monumento, es preciso saber que la construcción del edificio
del Palacio Nacional, estuvo bajo la dirección de los especialistas salvadoreños: Don adolfonso
Marín y Don José Dolores Melara y
constituye una manifestación del
empuje socio-económico de la época.
Este proyecto fue iniciado por el Capitán Gerardo
Barrios, sin embargo la construcción del primer edificio, se realizó durante el
período Presidencial del Doctor Francisco Dueñas, entre los años de 1862 y 1870. Con toda
pompa fue inaugurado en 1871, lo que permitió que la población tanto civil,
eclesiástica y militar, pudiesen contemplar la belleza del edificio como una
monumental obra arquitectónica de gran valor artístico.
Sin
embargo, tal obra arquitectónica duraría muy poco tiempo ya que 3 años después,
el 19 de marzo de 1873, el edificio del
Palacio fue colapsado por un fuerte terremoto, que sacudió la ciudad capital; poco después su destrucción total fue
ocasionada por un voraz incendio ocurrido el 19 de noviembre de 1889.
A
causa de los diferentes terremotos que habían sucedido los arquitectos
decidieron hacer el piso anti-sísmico y todo eso para que se mantenga en buen
estado ante cualquier sismo.
La
arquitectura general de esta obra está definida por el estilo ecléctico el cual
responde al orden jónico, corintio y romano de sus elementos.
Recientemente
fue reinaugurado para ser expuesto a turistas y para la población salvadoreña,
partiendo de ahí es importante hablar parte de su infraestructura en la que su
interior existen 101 habitaciones secundarias y resaltan cuatro salones
principales con colores distintivos: el Salón Rojo, utilizado desde su
inauguración hasta la administración del general Maximiliano Hernández
Martínez, para la ceremonia de presentación de credenciales de embajadores o
para las recepciones de la Cancillería Salvadoreña; Salón Amarillo, empleado como
oficina del Presidente de la República; Salón Rosado, que alojaba a la Corte
Suprema de Justicia, y posteriormente al Ministerio de Defensa; y especialmente
el Salón Azul, que fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1974. En este
aposento resaltan sus detalles jónicos, corintios y romanos; y fue allí donde
se congregó la Asamblea Legislativa desde 1906.
Cabe
destacar que el salón azul vio nacer muchas de las primeras leyes de aquella época,
donde los periodistas contaban con su propio espacio de preguntas y así darlas
a conocer a todo el pueblo.
En
su interior se vislumbra un precioso y amplio jardín central en el que se
encuentra una vegetación variada. Destacan cinco araucarias que representan a
las cinco naciones de Centroamérica. Como parte de los vestigios que se
rescataron en el proceso de restauración del Palacio fue el piso original del
primer edificio. También se mantienen expuestos tres cañones que fueron
utilizados en una guerra comandada por Gerardo Barrios
Actualmente,
este lugar goza de atractivo turístico y social, ya que sus instalaciones se
prestan para diferentes eventos. Se encuentra bajo la administración de la Secretaría
de Cultura de la Presidencia y alberga el Archivo General de la Nación, además
de alojar gran variedad de exhibiciones todos los años.
El
palacio Nacional es distinguido por sus diferentes colores que posee cada uno
de sus salones y dentro de su infraestructura.
Cada
uno de los diferentes edificios del país poseen sus propias características,
pero éste no se queda atrás, los pisos están hechos de diferentes colores, los ladrillos
de cada una de las salas, los pasillos y la biblioteca poseen colores
distintivos y cada uno de ellos tiene la función de diferenciar en que sala de
exposición se encuentra o la zona que desea visitar.
Los
colores de las puertas son muy fuertes llevan rojo, verde, rosado, amarillo. El
cielo falso de toda el palacio están hecho de diferente estilos, el salón rojo
cuenta con monumentos de personajes que han resaltado en la historia, y la
forma que los distinguen es de reyes por todo el adorno que poseen.
Al
igual que los otros salones cuentan con una pintura espectacular, algunas de
las paredes tienen monumentos de dragones que están lanzando fuego, esto es en
el salón azul, también posee el escudo nacional del país es una pintura que refleja
que el pulgarcito todavía esta vivo.
Los
colores que posee se podría decir que están hechos para una fiesta; aunque en
realidad es para guiar a las personas hasta donde se dirigen.
Dicho
palacio entra en el Arte Barroco por el hecho de entrar en la exageración de sus pinturas y arquitectura,
pero los colores que lo distingue es el Ogre, y el color crema por fuera y por
dentro rojo, azul, amarillo, verde, negro etc.
La
pintura se ha mantenido durante muchos años, solo que se les hacen retoques
para no perder de vista la visión que se tiene del monumento histórico del país.
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